EFTIJÍA PANAYOTU – LA ESPINA DORSAL DE LA LUZ

Cubierta de su libro Bailarines.

Traducción: Mario Domínguez Parra

 

Tensamos la memoria del cielo

con nuestros albos, albos huesos.

Este trabajo duele.

Asimos con firmeza la talla de los mitos.

Ilotas o niños, pese a todo con algo de ser

—en posesión de carne, mas aun de cruz—,

nos consumimos en la fiebre de un avance

que quizá tiempo ha nos atañese.

 

Η ΡΑΧΟΚΟΚΑΛΙΑ ΤΟΥ ΦΩΤΟΣ

 

Τεντώνουμε τη μνήμη τ’ ουρανού

με τα λευκά μας, τα λευκά μας κόκαλα.

Η δουλειά αυτή πονάει.

Κρατάμε όρθιο τ’ ανάστημα των μύθων.

Είλωτες ή παιδιά, με κάποιον πάντως εαυτό

—και σάρκα έχοντας, μα και σταυρό—

στεγνώνουμε στον πυρετό μιας προόδου

που ίσως κάποτε μας αφορούσε. 

 

 

MYRTIÓTISA – ELEGÍA

ELEGÍA

Imposible imaginarme a Kavafis
fuera de Alejandría, y de nuevo,
sin Kavafis, ¿qué es Alejandría?
Esto pensé muchos años después,
cuando estuve otra vez en este país.
Aun muerto tiempo ha, empero,
no fui al cementerio en su busca,
sino que partí una tarde sola
hacia su casa tal y como hice entonces.
¿Qué estaba pensando? Que algo quedaría,
algo de él, alguna huella suya,
algo de la mano que abrió la puerta…
Y una tarde partí sola
con rosas escarlata en la mano.
La puerta que antaño fue suya
(¡miradla!), cerrada para mí, él no abrirá,
sellada está con siete sellos
y al lado una placa empotrada
con su nombre: «Aquí moraba
el poeta Kavafis…» ¡Cómo! ¿En esta tumba?
Oh, poeta de enormes ojos
misteriosos, bizantinos, todo fuego,
¿do está tu cálido hogar y tus velas,
que con su débil luz nos fascinaban?
¿Do están las valiosas alfombras paternas
y los muebles antiguos de la Ciudad ?
¿Y do está el tesoro de tus libros
con pergaminos en anaqueles de ébano,
los perfumes del sándalo y Ahmed,
que en silencio y sin cesar nos convidaba
mientras en vela nos mantenías con la palabra
y el licor, con una célica ebriedad
espiritual que no volvió a alzarse?

.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..

Y ahora eres una ausencia, como muestran
esta puerta cerrada y con telarañas,
y la placa glacial con tu nombre.
Ahora solo existe el Poeta.
No obstante, yo he traído mis rosas
para ti, que vives en mi corazón,
y ahora las esparzo una a una
con lágrimas sobre esta piedra desierta,
en otro tiempo umbral de tu casa…

29-04-53

*

ΕΛΕΓΕΙΟ

Ἀδύνατο νὰ φανταστῶ Καϐάφη
ἔξω ἀπ’ τὴν Ἀλεξάντρεια, καὶ πάλι,
χωρὶς Καϐάφη τ’ εἶν’ ἡ Ἀλεξάντρεια;
Αὐτὰ σκεφτόμουν ὕστερ’ ἀπὸ χρόνια
σὰν βρέθηκα ξανὰ σ’ αὐτὴ τὴ χώρα.
Ἄν κι’ εἶχε ἀπὸ καιρὸ πεθάνει, ὡστόσο
δὲν πῆγα νὰ τὸν βρῶ στὸ κοιμητῆρι,
μὰ κίνησα ἕνα δεῖλι μοναχήμου
στὸ σπίτι του νὰ πάω ὡσὰν καὶ τότες
τί ἐλόγιαζα πὼς κάτι θ’ἀπομένει
κάτι ἀπ’ αὐτόν, κάποιο δικό του ἀχνάρι,
κάτι ἀπ’ τὸ χέρι ποὺ ἄνοιγε τὴν πόρτα…
Καὶ κίνησα ἕνα δεῖλι μοναχή μου
μ᾿ἄλυκα τριαντάφυλλα στὸ χέρι.
Ἡ θύρα ποὺ ἦταν ἄλλοτε δικιά του
νάτην! κλειστὴ γιὰ μένα, δὲ θ’ ἀνοίξη,
μ’ ἑφτὰ σφραγίδες εἶναι σφραγισμένη,
καὶ δίπλα της μιὰ πλάκα ἐντοιχισμένη
μὲ τ’ ὄνομά του: «Ὁ ποιητὴς Καϐάφης
ἐδῶ καθόταν…» πῶς! σ’ αὐτὸ τὸν τάφο;
Ὤ! ποιητὴ μὲ τὰ πελώρια μάτια
μυστηριακά, Βυζαντινά, ὅλο φλόγα,
ποὖν τὸ ζεστό σου σπιτικό, καὶ τὰ κεριά σου
ποὺ μὲ τὸ φῶς τους τ’ ἀμυδρὸ μᾶς γοητεύαν;
Ποὖν τ ’ἀνεχτίμητα χαλιὰ τὰ πατρικά σου
καὶ τὰ παληὰ τὰ μόμπιλα τῆς Πόλης;
Καὶ τῶν βιϐλίων σου ποὖ ναι ὁ θησαυρὸς
μὲ τὶ ςπεργαμινὲς στὰ ἐϐένινα ράφια;
Τ’ ἀρώματα ἀπ’ τὸ σάνταλο κι’ ὁ Ἄχμετ
ποὺ σιωπηλὰ μᾶς κέρναγε ὁλοένα
κι’ ὁλονυχτὶς μᾶς κράταες μὲ τὸ λόγο
καὶ τὸ πιοτό, σὲ μιὰν οὐράνια μέθη
πνευματική, ποὺ δὲν ἐματαστάθη;

…………………………………………

Καὶ τώρα εἶσαι ἕνα τίποτα ὄπως δείχνει
Τούτη ἡ κλειστὴ κι’ άραχνιασμένη θύρα
κι’ ἡ πλάκα ἡ παγερὴ μὲ τ’ ὄνομάσου.
Μονάχα ὁ Ποιητὴς ὑπάρχει τώρα.
Μὰ ὡσ τόσο ἐγὼ τὰ ρόδα μου ἔχω φέρει
γιὰ σένανε, ποὺ ζῆς μὲς στὴν καρδιά μου,
κι’ ἕνα πρὸς ἕνα τώρα τὰ σκορπίζω
μὲ δάκρυα ἐδῶ στὴν ἔρμη ἐτούτη πέτρα
ποὺ ἄλλοτες τοῦ σπιτιοῦ σου ἦταν κατῶφλι…

29.4.53

*

EPÍLOGO

Myrtiótisa (pseudónimo literario de Ceoni Drakopulu) nació en 1885 en Estambul (en el barrio de Bebek) y falleció en 1968 en Atenas. Su padre era diplomático. Seis años después del nacimiento de la poeta, fue nombrado cónsul general de Grecia en Creta, entonces ocupada por los turcos, adonde se trasladó con su familia. Tras dos años de estancia en la isla, se instalaron en Atenas, donde la poeta fue escolarizada (en el colegio Hill del barrio de Plaka). Desde muy joven tuvo inclinación por la poesía y el teatro. Tomó parte en representaciones de teatro antiguo, en compañías de aficionados, y colaboró con la Nueva Escena de Konstantinos Jristomanos. Después de un breve descanso de su ocupación teatral, a causa de la oposición familiar, continuó sus estudios de teatro en París (Escuela Dramática Estatal), donde se instaló tras contraer matrimonio con Spyros Papás, con el que tuvo un hijo, Yorgos, que hizo carrera en el teatro griego. Regresó a Grecia después de algunos años, tras el fin de su fugaz matrimonio, y trabajó como profesora de dicción en el conservatorio de Atenas. Fue definitivo para su expresión poética conocer y enamorarse del poeta Lorentsos Mavilis. Después de la trágica muerte de este en la batalla de Drisku, en 1912 , Myrtiótisa regresó a su antiguo amor para expresar su dolor. En 1919 se publicó su primer libro, con el título Canciones. Fue también importante en su vida la profunda amistad que le unió a Kostís Palamás, el cual se convirtió en su guía. Se alzó con varios premios nacionales de poesía (en 1932 por su libro Obsequios de amor y en 1939 por otro de sus libros, Gritos). Después de la prematura pérdida de su hijo, publicó el libro Yorgos Papás: su infancia (1962). La poesía de Myrtiótisa se caracteriza por un intenso lirismo. Algunos de los temas importantes de su poesía son la naturaleza y la dicotomía pasión/muerte .

*

En una entrada de su blog (http://annagelopoulou.blogspot.com/2012/03/blog-post_31.html), Anna Anguelopulu escribió sobre una visita que Myrtiótisa le hizo a Kavafis en 1926. He traducido algunas partes, así como también fragmentos de un texto que ilustran esta visita, fruto de una mirada penetrante y profunda: K.P. Kavafis: una impresión. En él, la poeta narra su encuentro con el autor de «Ítaca» y se dedica a describir y comentar los rasgos característicos que le llamaron la atención. Describe y enjuicia, directa o indirectamente, la ciudad de Alejandría; el modo de vida y el comportamiento de Kavafis; y algunos rasgos característicos propios:

Me encontraba por casualidad en Egipto para pasar en Alejandría unos pocos días. Alejandría es una ciudad que ora te aburre desde el segundo día, ora te acostumbras a ella y ya no quieres abandonarla. Yo no me pude acostumbrar a ella. Así como es, ruidosísima y prosaica, me dio la sensación de que era como una mujer que habla a voces y lleva puestos vestidos lujosos y llamativos.

El tedio ya se había apoderado de mí cuando recordé las palabras de mi amigo Porfyras: «Cuando vayas allá abajo ve a ver al poeta Kavafis. Estoy seguro de que merece la pena que alguien haga ese viaje solo para conocerlo». Pedí que me lo presentasen. Kavafis no acepta con facilidad a los extraños, me habían dicho, y por eso fui con algo de miedo. Sin embargo, me recibió con bastante cordialidad.

Con su amabilísima voz, en la que se distingue claramente un tono extranjero —que Dios te proteja si se lo dices—, me pidió que me sentara en un asiento bajo que se encontraba frente a mí, en el salón en penumbra. Puesto que soy esquiva por naturaleza cuando estoy con personas que acabo de conocer, me senté y hablé poco con él. Esto pareció agradarle, porque comenzó a hablar más él y poco después ordenó a su árabe, Ahmed, que trajera whisky y unos entremeses.

Al poco tiempo, mis ojos se acostumbraron a la escasa luz de la habitación y pude mirarlo con más atención mientras hablaba y bebía. Es delgado, pálido, tiene el pelo gris y espeso, muy espeso. Pero lo que llama la atención al completo es sus ojos, sus dos ojos supremos, extraños, enigmáticos. Nadie, entre nosotros, puede ver en otra persona dos ojos semejantes. Simplemente porque no son los ojos de una persona contemporánea. Son ojos que provienen de muy lejos, de la profundidad de los siglos, y conservan en ellos el misterio de otra vida, ignota para nosotros.

Mientras escuchaba su voz, me parecía que venía de lejos y él mismo, puesto que se había apartado en ese momento en una esquina oscura mientras hablaba de arte —¿con nosotros o consigo mismo?—,parecía una criatura exótica que vivía en una atmósfera distinta a la nuestra, a la que tenías que escuchar y ver de lejos, y no te extrañabas si de repente la veías entera frente a ti mientras enmudecía. Su conversación es encantadora.

Sabe presentar las cosas más conocidas como algo nuevo, así como también investirlas de la belleza de su arte. Pone su sello en todo: las habitaciones, los muebles, las estatuas antiguas, los jarrones raros. Cada cosa que lo rodea está armonizada con la fisionomía de su Arte. Como su arte poética es tan suya, tan kavafiana, es imposible que nadie la imite, aunque sea desde la lejanía, sin hacer el ridículo. Porque para escribir como Kavafis tienes que ser Kavafis. De otra manera, no puede ser. ¿Es esto fácil? Claro que no. Por supuesto, en mi opinión es imposible y todo esfuerzo sería inútil y afectado.

Al saber que vivo en Atenas, el poeta me habló de casi todos nuestros poetas. Mostró respeto ante la obra de Palamás, aprecio por la de Xenópulos (al que conoció en otro tiempo), interés por la de Porfyras. Cuida y pondera muy bien sus palabras, sin saber qué opina el extraño que tiene enfrente, quiénes le resultan simpáticos y quiénes no. Tiene miedo de ofenderte por lo más mínimo. Es el griego más cultivado que conozco. La ironía, la ironía neogriega, a veces sutil, a veces dura y con frecuencia soez y brusca, es para Kavafis totalmente ignota. Kavafis no podría establecerse en la Grecia de hoy en día y, por eso, hace muy bien en permanecer lejos de ella. «Sé que este lugar donde vivo no es bello», me dijo, «por eso vivo encerrado en esta casa, solo con mis libros. Sin embargo, no soy todavía un eremita absoluto. Cuando anochece me gusta escuchar a alguien llamar a la puerta. Es una debilidad que tengo que superar».

Salimos a la calle. El ruido de la ciudad todavía me parecía más insoportable y los gritos de los árabes, abominables. Una vez sola, pensé: «Claro, casi todos lo vemos, sabemos que la vida es fea y, sin embargo, la vivimos y cada día nos alimentamos de su fealdad. Él consiguió huir de su rutina. Oportunamente clavó sus ojos inquisidores alrededor de ella y alrededor de la Pasión y tuvo mucho miedo cuando se dio cuenta de que todo era tan feo. Orgulloso, no aceptó suicidarse. Se armó de una enorme voluntad, se encerró en su casa y, vigía insomne de su propio ser, convirtió su Arte en vida».

*

Todos estos fragmentos provienen, tal y como escribe Anguelopulu, de esta edición de la obra completa de Myrtiótisa: Μυρτιώτισσας Άπαντα (πρόλογος Τ. Αθανασιάδη-εισαγωγή Ανδρέα Καραντώνη), εκδ. Alvin Redman Hellas, Αθήνα, 1965, σ. 313-315.

*

Minos Markakis colgó el día 1 de noviembre de 2017, en su muro de Facebook, tres fotos: la cubierta de un libro, Αλεξανδρινή λογοτεχνία, 1953, y dos páginas que contienen el poema de Myrtiótisa. ¿Qué me hizo traducirlo? Una pregunta que le hice a Markakis, en primer lugar: «¿Queda literatura griega en la Alejandría contemporánea?», cuya respuesta se pueden imaginar: «No». En segundo lugar, el título de la antología en la que se publicó el poema: Literatura alejandrina, 1953. En tercer lugar, mi interés creciente por la obra de Myrtiótisa, apenas traducida al castellano y cuya obra merece mayor difusión. En cuarto lugar, Kavafis, por supuesto, de cuyos 154 canónicos desearía hacer una traducción algún día.

YORGOS KENTROTÍS – TRADUCIENDO A BRECHT

Traducción de Mario Domínguez Parra

Traduciendo a Brecht

In memoriam Franco Fortini

Mientras me vas traduciendo (me dijo Brecht en sueños)
veo que te atascas intransigente en mis vocablos.
Si motu proprio aportases vocablos-pensamientos,
darías valor al de mis versos. Ve mi elemento

como el compás y la aguja. Y no con los efectos
de la ley y el rendimiento mínimo. Aún profesé
la confusión por doquier, siempre a través bombeé
de urbana dialéctica plusvalías de conceptos.

Por ello, te digo: la traición del texto me gusta;
que me has entendido hasta la médula me demuestra.
¡Ponéis mis obras en solfa con objeto de que
enchufes mi lengua en la tuya para que platique!
No ve perjuicio en ello quien de poética entiende.
La mejor resolución para mí la conoces.
Lo que yo digo lo entiende aquel que me cuestionare;
importa a nuestros iguales no ser siervos, mas libres.

*

Μεταφράζοντας Μπρεχτ

Στη μνήμη του Φράνκο Φορτίνι

Eνώ με μεταφράζεις (μου ’πε ο Μπρεχτ μες στ’ όνειρό μου),
σε βλέπω που κολλάς στις λέξεις μου με αδιαλλαξία.
Αν λέξεις-σκέψεις πρόσθετες δικές σου, στην αξία
των στίχων μου θα πρόσθετες αξία. Το υλικό μου

για μπούσουλα και δείχτη δες το. Και όχι με του νόμου
τη νόρμα ή τις συνέπειες. Κι εγώ την αταξία
εξ άλλου επρέσβευα παντού, και πάντα υπεραξία
ιδεών αντλούσα μεσ’ απ’ τη διαλεκτική του δρόμου.

Γι’ αυτό σου λέω: μ’ αρέσει η προδοσία του κειμένου·
μου αποδεικνύει πως σε βάθος μ’ έχεις καταλάβει.
Εν αμφιβόλω θέτε τα γραπτά μου, προκειμένου
τη γλώσσα μου να βάλεις στη δικιά σου να μιλήσει!
Σ’ αυτό όσοι από ποιητική νογάν δεν βλέπουν βλάβη.
Εσύ γνωρίζεις την καλύτερη για μένα λύση.
Τι λέω εγώ το πιάνει αυτός που θα με αμφισβητήσει·
τους όμοιους μας τους νοιάζει να ’ν’ ελεύθεροι, όχι σκλάβοι.

*

Yorgos Kentrotís (1958), poeta y traductor griego, aparte de haber publicado el libro Teoría y práctica de la traducción, ha vertido al griego obras de Bertolt Brecht, Pablo Neruda, Vladimir Mayakovski, Hermann Broch (La muerte de Virgilio), Charles Baudelaire (Las flores del mal, primera edición completa en griego), Robert Musil (Tres mujeres), Paul Klee (Diarios, 1898-1918), entre otras muchas.

YANNIS ANTIOJU – ADAGIO

Traducción de Mario Domínguez Parra

ADAGIO

Existen unas casas donde me desvisto
— todo vísceras;
En su interior está oculta
la simiente de la palabra
— Dios

Empero,
Nunca nadie Lo halla
Nunca nadie Lo alcanza

Con rostro profanado
— con cansancio me
espero;

y esta
es la simiente de un Otro
que brota
dentro

(de mí)

AGAZOKLÍS ASELIS – DOS POEMAS

Imagen de la cubierta del libro «Εωθινές Επιγνώσεις»: Paavo Pirttimaa

Traducción y nota bibliográfica: Mario Domínguez Parra

Composición

Palabras que perdieron su tornavoz
Cuya techumbre devino rotura
Cuyos colores el sepia ingirió al completo
Que no detienen ya el movimiento de los coches
Que no derogan la inmovilidad de las estatuas
Palabras muertas al nacer sometidas en su diccionario
Palabras desnudas por tu acatamiento
Palabras prendas abandonadas en el escaparate
De la temporada anterior
Que parecen harapos de sentido
En la muda octava

Αποσύνθεση

Λέξεις που χάσαν τον αντίλαλό τους
Που ΄γινε το υπόστεγό τους χάλασμα
Που όλα τα χρώματα κατάπιε η σέπια
Που δεν σταματούν πια την κίνηση των οχημάτων
Που δεν καταργούν την ακινησία των αγαλμάτων
Λέξεις θνησιγενείς υποταγμένες στο λεξικό τους
Λέξεις γυμνές απ΄ την αποδοχή σου
Λέξεις ενδύματα στη βιτρίνα αφημένα
Περασμένης σαιζόν
Να φαίνονται κουρέλια νοήματος
Στη βουβή διαπασών

 
Genealogía de las palabras

Hay palabras que se extravían
Del recinto del deseo
Y se pierden en los laberintos inmediatos
Otras las llevan puestas tus hijos
Cuelgan sobre ellos mal conjuntadas cual
Ropa que da de sí. A algunas más infortunadas
Los transeúntes las convierten en safari*
En tiempo insospechado y las clavan
Embalsamadas decorativamente
Cual alhajas en las paredes
Pero más temo las aguzadas por tu mente
Que acechan en los más fieles sombreados
Y que incursionan en mis tranquilos rebaños
Sin yo saber si son seducción o guillotina

*El mismo Aselis me informó sobre el hecho de que aquí utiliza una expresión creada por él mismo: «Τις κάνουνε σαφάρι».

Γενεαλογία των λέξεων

Υπάρχουν λέξεις που παραστρατούν
Απ΄ της επιθυμίας τον περίβολο
Και χάνονται στους γύρω λαβυρίνθους
Άλλες πάλι τις φοράνε τα παιδιά σου
Κρέμονται πάνω τους παράταιρα σαν
Ξεχειλωμένα ρούχα. Κάποιες πιο άτυχες
Τις κάνουνε σαφάρι οι περαστικοί
Σε χρόνο ανύποπτο και τις καρφώνουνε
Βαλσαμωμένες σαν τιμαλφή
Διακοσμητικά στους τοίχους
Μα πιότερο φοβάμαι τις ακονισμένες απ΄ το νου σου
Που ενεδρεύουν στα πιο έμπιστα απόσκια
Κι επιδράμουν στις αμέριμνες αγέλες μου
Χωρίς να ξέρω αν είναι μαύλισμα ή λαιμητόμος.

*

Nota bibliográfica:

El poeta y traductor griego Agazoklís Aselis (Milea, Metsovo, 1963) llevó a cabo sus estudios en Atenas y en Viena (estudios de doctorado en la Facultad de Filosofía que concluyeron con su tesis doctoral en el ámbito de la Historia). Ha trabajado como investigador en la Academia de Ciencias de Viena; como lector en la Universidad de Viena, donde enseñó griego, literatura e historia de las ideas; y como profesor en el Viena International School, una institución anglófona. Desde 1997 da clase en enseñanzas medias en Grecia. Durante el período 1999-2003 organizó los Archivos Generales del Estado-Archivos de la Provincia de Tríkala.

Ha participado en congresos, tanto en Grecia como en otros países, relacionados con la ciencia y la educación. Fue miembro del Erstes Wiener Lesetheater. Ha colaborado en revistas literarias griegas. Hasta el curso pasado, trabajó durante nueve como profesor en la Escuela de Música de Tríkala. Actualmente, es director de un instituto de dicha ciudad.

Ha recibido varios premios del estado austríaco por sus traducciones al griego de literatura en lengua alemana (tradujo Juventud sin dios, de Ödön von Horváth y Rómulo el grande, de Friedrich Dürrenmatt).

Es autor de los siguientes libros de poemas: Noches en la pecera hecha añicos («Νύχτες στο θρυμματισμένο ενυδρείο», Μεταίχμιο, 2008), Conciencias matutinas («Εωθινές Επιγνώσεις», Πλανόδιον, 2011) y Sombras de incorpóreos («Σκιές Ασωμάτων», Λογεῐον, 2016). Algunos de sus poemas han sido traducidos al alemán.

GEORGE LE NONCE – POETA DOCTUS

Detalle de la cubierta de su libro Ὁ Ἐμονίδης

 

Traducción: Mario Domínguez Parra

Poeta doctus

Era de los poetas que leían poemas.

Antaño, en su biblioteca todo estaba clasificado
con un cuidado exasperante:
alineados los libros de poesía
antes que nada, según corriente o escuela
y en cada corriente, según el período histórico
y en cada período, en orden alfabético
y en cada letra, según el sexo;
si alguien pudiera leerle la mente
si alguien consiguiese descifrar
los laberínticos criterios del poeta
podría en pocos segundos ubicar
en los anaqueles de madera de su biblioteca
cualquier poema
de cualquier época.

Pero cuando escribía sus poemas
este primoroso orden le abandonaba,
el método se iba a paseo:
unas veces los versos se borraban de su mente
de repente cuando iba a registrar
las frases que creía que se habían
modelado claramente ante sus ojos
y otras poemas enteros eran escritos
sin su intervención y se preguntaba
si los escribió él o algún espectro
se encarnó imperceptible y completó
su escasa producción poética.

La mente no aguantó
mucho, además, no requiere mucho para errar.

Los libros de poesía se hallaban en el suelo
en caóticos montones, en pilas,
con páginas rasgadas y arrugadas
revolcándose, ensuciándose
entre deshechos
y él igualmente mugriento
leía una página acá un poema acullá
gritaba, ronroneaba
ni siquiera sabía de quién era cada verso,
escribía poemas sobre la enfermedad
austeramente, con rimas,
con metro estricto,
con versos isosilábicos
y con citas
de todos los poetas locos de la historia
malditos, exiliados y atroces.

Más tarde los ojos se le enturbiaban,
le ardía la cabeza
no por la fiebre
sino por los efectos secundarios de un obsoleto electrochoque,
sus miembros se quedaban congelados
como por largas duchas de agua fría supuestamente terapéuticas

Frío insoportable
y el mundo no tenía ritmo.

A pesar de todo esto, escribía.
Incluso con sofocación, escribía.
Con los ojos desorbitados
(como los de un perro que se retira
para evitar el golpe
en cuanto vas a acariciarlo)
escribía. Escribía algunos poemas
inconstantes, de obcecado ritmo.

En cualquier caso, las terapias
y los psicofármacos habían alterado
la química de su cerebro.
Por eso sus poemas ya eran
otros.

Porque se altera y la poesía
no es, por mucho que digan,
un exceso del corazón y del alma,
un bosquejo de la mente es la poesía
y de otro modo son los poemas
de la mente trastocada,
es otro
el poeta.

*

Poeta doctus

Ἦταν ἀπὸ τοὺς ποιητὲς ποὺ διάβαζαν ποιήματα.

Παληὰ στὴ βιβλιοθήκη του ἦσαν ὅλα ταξινομημένα
μὲ προσοχὴ ἐκνευριστική:
παραταγμένες οἱ ποιητικὲς συλλογὲς
πρῶτα πρῶτα κατὰ ρεῦμα ἢ σχολὴ
καὶ μέσα σὲ κάθε ρεῦμα, κατὰ ἱστορικὴ περίοδο
καὶ μέσα σὲ κάθε περίοδο, κατ᾽ ἀλφαβητικὴ σειρὰ
καὶ μέσα σὲ κάθε γράμμα, κατὰ φύλο˙
ἂν μποροῦσε κανεὶς νὰ διαβάσει τὸ μυαλό του,
ἂν κατάφερνε κανεὶς νὰ ἀποκρυπτογραφήσει
τὰ δαιδαλώδη κριτήρια τοῦ ποιητῆ
θὰ μποροῦσε σὲ λίγα δευτερόλεπτα νὰ ἐντοπίσει
στὰ ξύλινα ράφια τῆς βιβλιοθήκης του
ὁποιοδήποτε ποίημα
ὁποιασδήποτε ἐποχῆς.

Ἀλλὰ ὅταν ἔγραφε τὰ ποιήματά του
ἡ περίτεχνη αὐτὴ τάξη τὸν ἐγκατέλειπε,
ἡ μέθοδος πήγαινε περίπατο:
ἄλλοτε σβήνονταν οἱ στίχοι ἀπὸ τὸ νοῦ του
ξαφνικὰ μόλις πήγαινε νὰ καταγράψει
τὶς φράσεις ποὺ ξεκάθαρα νόμιζε
πὼς εἶχαν σχηματισθεῖ μπροστὰ στὰ μάτια του
κι ἄλλοτε γράφονταν ποιήματα ὁλόκληρα
χωρὶς τὴ συμμμετοχή του κι ἀναρωτιόταν
ἂν τἄγραψε αὐτὸς ἢ ἂν κάποιο φάντασμα
ὑλοποιήθηκε ἀνεπαισθήτως καὶ συμπλήρωσε
τὴν πενιχρή του ποιητικὴ παραγωγή.

Δὲν κράτησε πολὺ
δὲν θέλει πολὺ ἄλλωστε γιὰ νὰ γυρίσει ὁ νοῦς.

Οἱ ποιητικὲς συλλογὲς βρέθηκαν στὸ πάτωμα
σὲ ἄτακτες στοῖβες, σὲ σωρούς,
μὲ σελίδες σκισμένες καὶ τσαλακωμένες
μέσα σὲ ἀκαθαρσίες νὰ κυλιοῦνται
νὰ βρωμίζονται
κι αὐτὸς ἐξίσου ρυπαρὸς
διάβαζε μιὰ σελίδα ἀπὸ δῶ ἕνα ποίημα ἀπὸ κεῖ
κραύγαζε, γουργούριζε
δὲν ἤξερε κἂν τίνος ἦταν ὁ κάθε στίχος,
ἔγραφε ποιήματα τῆς ἀρρώστιας
αὐστηρά, μὲ ὁμοιοκαταληξίες,
μὲ μέτρο ἀπαρέγκλιτο,
μὲ στίχους ἰσοσύλλαβους
καὶ μὲ παραθέματα
ὅλων τῶν τρελλῶν ποιητῶν τῶν αἰώνων
τῶν καταραμένων, τῶν ἐξόριστων καὶ ἀποτρόπαιων.

Ὕστερα θόλωσαν τὰ μάτια του,
τὸ κεφάλι του ἔκαιγε
ὄχι ἀπὸ πυρετὸ
ἀλλὰ σὰν ἀπὸ παρενέργειες παρωχημένης ἠλεκτροσπασμοθεραπείας,
τὰ μέλη του ἔμεναν παγωμένα
σὰν ἀπὸ παρατεταμένες θεραπευτικὲς τάχα ψυχρολουσίες.

Ψῦχος ἀφόρητο
καὶ ὁ κόσμος δὲν εἶχε ρυθμό.

Παρ᾽ὅλα αὐτά, ἔγραφε.
Ἀκόμη καὶ σὲ καταστολή, ἔγραφε.
Μὲ τὰ μάτια διάπλατα
(σὰν σκύλου ποὺ ὀπισθοχωρεῖ
γιὰ ν᾽ ἀποφύγει τὸ χτύπημα
μόλις πᾶς νὰ τὸν χαϊδέψεις)
ἔγραφε. Κάτι ποιήματα ἀνερμάτιστα
μὲ ἐπίμονο ρυθμὸ ἔγραφε.

Οἱ θεραπεῖες καὶ τὰ ψυχοφάρμακα
εἶχαν ὁπωσδήποτε διαταράξει
τὴ χημεία τοῦ ἐγκεφάλου του.
Γι᾽αὐτὸ τὰ ποιήματά του ἦσαν πλέον
ἄλλα.

Διότι διαταράσσεται καὶ ἡ ποίηση
δὲν εἶναι, κι ἂς λένε,
τῆς καρδιᾶς καὶ τῆς ψυχῆς περίσσευμα,
τοῦ νοῦ εἶναι ἡ ποίηση σχεδίασμα
κι ἀλλιῶς εἶναι τὰ ποιήματα
τοῦ ἔκρυθμου νοῦ,
ἄλλος εἶναι
ὁ ποιητής.

 

ΝΟΤΑ BIBLIOGRÁFICA

El poeta griego George Le Nonce (Atenas, 1967) es autor de dos libros de poemas: Emonidis (Ὁ Ἐμονίδης, Μικρή Άρκτος, 2013, del que proviene este poema) y Naturaleza muerta (Νεκρή φύση, Bibliotheque, 2016). Este poema forma parte del primer libro, cuyo título, como el autor aclara en una nota, proviene del nombre de un personaje del poema «Témezos, antioqueño, 400 d.C.», de Kavafis.

Su blog, «las jetas de George Le Nonce»: https://georgelenonce.com/

YANNIS ANTIOJU – SUPLICANTE

SUPLICANTE

Como en un espejo veo la Idea de mí mismo
y me pregunto si es esto un espejo o un sueño profundo

Takis Papatsonis, Lourdes

suplicante del tiempo te extenuaste poeta:
atrayendo el leve gancho plúmbeo de la muerte
contando augurios de centurias que presagian juicios finales
disolviendo la oscuridad con tus lágrimas
alanceando el sol que amanece en el ceño fruncido de Dios

esperas ser liberado poeta
abriendo tus alas hacia los cielos
para asustarte en las constelaciones neblinosas
brillando muerte chillona y destituida
un enjambre de aves tus palabras en las cuencas de Sus ojos

*

ΙΚΕΤΗΣ

Ως εν εσόπτρω βλέπω Ιδέα του εαυτού μου
και διερωτώμαι, είναι έσοπτρο τούτο ή όνειρος βαθύς.

Τ. Κ. Παπατσώνης, Lourdes

ικέτης του χρόνου εξαντλήθηκες ποιητή:

έλκοντας του θανάτου τ’ αβαρή μολύβδινα αγκίστρια
αριθμώντας οιωνούς αιώνων που προμηνύουν συντέλειες
διαλύοντας το γνόφο με τα δάκρυα σου
λογχίζοντας τον ήλιο που ανατέλλει στα σμιχτά φρύδια του Θεού

να λευτερωθείς περιμένεις ποιητή

και τα φτερά σου ανοίγοντας στους ουρανούς
ν’ αλαφιαστείς στους νεφελοειδείς αστερισμούς
λάμποντας θάνατο φανταχτερό κι αποταγμένο
ένα σμάρι πουλιών οι λέξεις σου στις κόγχες των ματιών Του.

 

NOTA BIBLIOGRÁFICA

El poeta y traductor griego Yannis Antioju (Atenas, 1969) es autor de los siguientes poemarios: Piel de vela usada de una noche menor de edad («Ανήλικης νυκτός παρίστιον δέρμα», Γαβριηλίδης, 2003), Romeo and Juliet (Δέλεαρ, 2004), En la lengua de él («Στη γλώσσα του», Γαβριηλίδης, 2005), Curriculum Vitae («Μελάνι», 2006), Inhalaciones («Εισπνοές», Ίκαρος, 2009), Exhalaciones («Εκπνοές», Ίκαρος, 2014, al que pertenece este poema) y Disolución («Διάλυσις», Ίκαρος, 2017).

Sus traducciones son las siguientes: «Γράμματα γενεθλίων» («Μελάνι», 2005), traducción de Birthday Letters, de Ted Hughes; poemas de Anna Ajmátova; una antología de poetas estadounidenses suicidas, La musa atroz («Η θηριώδης μούσα», Μικρή Άρκτος, 2008), que incluye poemas de Vachel Lindsay, Hart Crane, Sara Teasdale, Sylvia Plath, Randall Jarrell, John Berryman y Ann Sexton; y una biografía de Anna Ajmátova escrita por Wolfgang Hässner.

En otoño de 2017 se publicará su traducción de The Waste Land, de T.S. Eliot.

Su página web se llama «Exploring Poetry» (http://yiannisantiochou.wixsite.com/poetry).

 

 

STAVROS STAVRÓPULOS – CUATRO POEMAS

«Acto de desaparición», libro del que provienen estos poemas

Traducción y nota: Mario Domínguez Parra

AMARILLO ENCENDIDO

Algunas veces
invoco el agua
para que las palabras puedan proseguir

Me esperas
Si bien recuerdo
Pero yo he venido

Nadie va a venir
Más que yo

ΑΝΟΙΧΤΟ ΚΙΤΡΙΝΟ

Καμιά φορά
Επικαλούμαι το νερό
Για να μπορέσουν να συνεχίζουν οι λέξεις

Με περιμένεις
Αν θυμάμαι καλά
Αλλά εγώ έχω έρθει

Κανείς δεν γίνεται να έρθει
Περισσότερο από μένα

VELAS

Ni una gota pascual
llovió el cielo hoy
Faltaron otra vez los murciélagos

Y las velas de tus ojos

se habían apagado

ΚΕΡΙΑ

Ούτε μια αναστάσιμη σταγόνα
Δεν έβρεξε ο ουρανός σήμερα
Έλειπαν πάλι οι νυχτερίδες

Και τα κεριά απ’ τα μάτια σου

Είχαν σβήσει

ALGUNAS VECES CREO QUE EN TI CONFÍO

Escribo entre mis páginas
Hace frío
Tu lago se ha congelado

Soy un lento malentendido
Soy celeste fósil
Soy monasterio primavera

No recuerdo cómo soy

Pero en ti confío

ΜΕΡΙΚΕΣ ΦΟΡΕΣ ΝΟΜΙΖΩ ΠΩΣ ΣΕ ΕΛΠΙΖΩ

Γράφω ανάμεσα στις σελίδες μου
Κάνει κρύο
Η λίμνη σου έχει παγώσει

Είμαι μια αργή παρεξήγηση
Είμαι γαλάζιο ορυκτό
Είμαι μονή άνοιξη

Δεν θυμάμαι πώς είμαι

Αλλά σε ελπίζω

DESEO FICHADO

Todos los poemas que escribía sobre tu cuerpo
Los borró la lluvia una noche

Llórame para desprenderme
No aguanto más aquí
Dentro del dolor
De este mar insaciable
Que tiene sed de piel

Se supone
Que no deberías morir nunca

Se supone
Que me quedé para recordar

ΣΕΣΗΜΑΣΜΕΝΟΣ ΠΟΘΟΣ

Όλα τα ποιήματα που έγραφα στο σώμα σου
Τα έσβησε μια νύχτα η βροχή

Δάκρυσέ με να βγω
Δεν αντέχω άλλο εδώ
Μέσα στην οδύνη
Αυτής ης αχόρταγης θάλασσας
Που διψάει για δέρμα

Υποτίθεται
Ότι δεν έπρεπε να πεθάνεις ποτέ

Υποτίθεται
Ότι έμεινα να θυμάμαι

 

Nota bibliográfica

El poeta y narrador griego Stavros Stavrópulos es autor de los siguientes libros:

Me descuartizo (ΔΙΑΜΕΛΙΖΟΜΑΙ, Εκδόσεις Βασδέκης, 1983).

El rock que interpretan tus ojos: una historia a todo volumen (ΤΟ ΡΟΚ ΠΟΥ ΠΑΙΖΟΥΝ ΤΑ ΜΑΤΙΑ ΣΟΥ, Μια ιστορία στη διαπασών, Απόπειρα, 2002).

Luz de mujer, libro coescrito con Manolis Tsantakis (ΦΩΣ ΓΥΝΑΙΚΑΣ, Εκδόσεις Αστάρτη [μαζί με τον Μανόλη Τσαντάκη], 2004)

Para todo el rock que aguantes todavía: un cuento musical para adultos (ΓΙΑ ΟΣΟ ΡΟΚ ΑΝΤΕΧΕΙΣ ΑΚΟΜΑ, Ένα μουσικό παραμύθι για μεγάλους, Απόπειρα, 2005).

Los otros que soy (ΟΙ ΑΛΛΟΙ ΠΟΥ ΕΙΜΑΙ, Εκδόσεις Μεταίχμιο, 2007).

En qué se convierten las palabras cuando crecen: historias del pasado y del futuro (ΤΙ ΓΙΝΟΝΤΑΙ ΟΙ ΛΕΞΕΙΣ ΟΤΑΝ ΜΕΓΑΛΩΝΟΥΝ, Ιστορίες από το παρελθόν και το μέλλον, Εκδόσεις Ελληνικά Γράμματα, 2008)

Unplugged, 5 entrevistas + 1 + 1, edición no venal (UNPLUGGED, 5 Συνεντεύξεις + 1 + 1, Εκδόσεις Ελληνικά Γράμματα [εκτός εμπορίου], 2009).

Dos lugares silencio, un lugar palabras (ΔΥΟ ΜΕΡΗ ΣΙΩΠΗ, ΕΝΑ ΜΕΡΟΣ ΛΕΞΕΙΣ, Εκδόσεις Μεταίχμιο, 2009).

El amor nos hará pedazos, 112 esbozos de una novela (Ο ΕΡΩΤΑΣ ΘΑ ΜΑΣ ΚΑΝΕΙ ΚΟΜΜΑΤΙΑ, 112 σχέδια για ένα μυθιστόρημα, Απόπειρα, 2010).

Más de noche no puede ser (ΠΙΟ ΝΥΧΤΑ ΔΕΝ ΓΙΝΕΤΑΙ, Σημειώσεις για το τέλος του ανθρώπινου μύθου, Εκδόσεις Οξύ, 2011).

Después (ΜΕΤΑ, Απόπειρα, 2012).

Rojo ahumado: un rela-mi-to* sobre lugares (ΚΑΠΝΙΣΜΕΝΟ ΚΟΚΚΙΝΟ, Ένα μυθ-ιστόρημα σημείων, Εκδόσεις Σμίλη, 2013).

Totalmente solos y juntos: cartas a un mundo oculto (ΟΛΟΜΟΝΑΧΟΙ ΜΑΖΙ, Γράμματα σε έναν αφανέρωτο κόσμο, Εκδόσεις Σμίλη, 2014).

Negro resistente, díptico, edición no venal (ΑΝΘΕΚΤΙΚΟ ΜΑΥΡΟ, Εκδόσεις Σμίλη [δίπτυχο, εκτός εμπορίου], 2014)

El hombre se rompió (Ο ΑΝΘΡΩΠΟΣ ΕΣΠΑΣΕ, Εκδόσεις Γαβριηλίδης, 2015).

Según mi conciencia (ΚΑΤΑ ΤΟΝ ΔΑΙΜΟΝΑ ΕΑΥΤΟΥ, Εκδόσεις Σμίλη, 2015).

Ejercicios de estilo, coescrito con María Jroniari (ΑΣΚΗΣΕΙΣ ΥΦΟΥΣ, Εκδόσεις Βιβλιόραμα [μαζί με τη Μαρία Χρονιάρη], 2015).

Epílogo, díptico, edición no venal (ΕΠΙΛΟΓΟΣ, Εκδόσεις Σμίλη [δίπτυχο, εκτός εμπορίου], 2015).

Buenas noches, pequeño príncipe, plaqueta, edición no venal (ΚΑΛΗΝΥΧΤΑ, ΜΙΚΡΕ ΠΡΙΓΚΙΠΑ, Εκδόσεις Σμίλη [πλακέτα, εκτός εμπορίου], 2016)

Acto de desaparición: 4 estaciones de un otoño (ΠΡΑΞΗ ΕΞΑΦΑΝΙΣΗΣ, 4 εποχές ενός φθινοπώρου, Εκδόσεις Σμίλη, 2016), al que pertenecen estos poemas.

 

*En otra parte me referí al título de un libro de Yorgos Seferis, Μυθιστόρημα, complicadísimo de traducir al castellano. Significa «novela», pero aloja en su interior las palabras «mito», «historia» y «narración». En castellano se suele dejar la transliteración en caracteres latinos, Mithistórima (en traducción de Ramón Irigoyen). Preferí en su momento intentar una traducción, aceptando de antemano la derrota.

GLYKERÍA BASDEKI – TRES POEMAS

Traducción y nota: Mario Domínguez Parra

MAMÁ ES POETA

oh, sí –mi madre es
una excelente poeta

todo el día cocina fragmentos,
barre tiempos, plancha
caídas

en vez de ver lunes ve martes

llama a la lavadora océano,
a la olla transatlántico

Η ΜΑΜΑ ΕΙΝΑΙ ΠΟΙΗΤΡΙΑ

ω, ναι –η μαμά είναι
σπουδαία ποιήτρια

όλη τη μέρα μαγειρεύει κόμματα,
σκουπίζει χρόνους, σιδερώνει
πτώσεις

αντί να δει Δευτέρα βλέπει Τρίτη

λέει το πλυντήριο ωκεανό,
τη χύτρα υπερωκεάνειο

ME GUSTA QUE CONVERSEMOS
EDUCADAMENTE

te matará
el tabaco ( dijiste )

el tranvía Patisia – Lárisa
la n antes de las vocales
la acetona, las lámparas halógenas,
un soldado Kostas
de Evro (dije)

también me matará

Μ’ ΑΡΕΣΕΙ ΠΟΥ ΣΥΖΗΤΑΜΕ
ΠΟΛΙΤΙΣΜΕΝΑ

θα σε σκοτώσει
το τσιγάρο ( είπες )

το τραμ Πατίσια – Λάρισα
το νι πριν τα φωνήεντα
το ασετόν, οι λάμπες αλογόνου,
ένας φαντάρος Κώστας
απ’ τον Έβρο (είπα)

θα με σκοτώσει επίσης

A VECES TENGO MUCHO MIEDO

cuando
tengo un poco de miedo
pongo
música

un disco de tangos viejas
rumbas –lo que pille
por ahí

cuando me quedo
sin aliento
( asma, disnea et-
cétera )
telefoneo a
los amigos

nuevas de ayer y hoy, cómo está
fulano, sí mi hija
¡para qué quería
aquellas
tijeras!

cuando comienza a subir
el Evro, cristales,
refulgentes en la playa,
una casa
que tiembla, macilenta os
digo
sólo así
me
persigno

ΜΕΡΙΚΕΣ ΜΕΡΕΣ ΦΟΒΑΜΑΙ ΠΟΛΥ

όταν
φοβάμαι λίγο
βάζω
μουσική

ντίσκο ταγκό αρχαίες
ρούμπες –ό,τι βρω
μπροστά μου

όταν με πιάνει
απ’ το πόδι
( άσθματα, δύσπνοιες και
τα λοιπά )
τηλεφωνώ σε
φίλους

νέα, παλιά, τι κάνει
ο τάδε, ναι βρε παιδί μου
τι το ’θελε
κι εκείνη
το ψαλίδι!

όταν αρχίζει ν’ ανεβαίνει
ο Έβρος, τζάμια,
πολύφωτα στην αμμουδιά,
σπίτι να
τρίζει, κάτωχρη σας
λέω
τότε μονάχα
κάνω
το σταυρό μου

Nota biográfica

Glykería Βasdeki nació en Lárisa en 1969. Vive en Xanzi. Estudió Historia y Filología Griega. Trabaja como filóloga en la educación pública. Ha publicado los libros de poemas Es peligroso que le abras la puerta a pequeñas desconocidas (1989), y Hombre tira de la cadena (2012).

Algunos de sus relatos se han publicado en antologías. Mantiene el blog Crying Game (lifo.gr) y escribe artículos para la prensa en formato papel y electrónica.

Sus obras de teatro «Stela travel / La tierra prometida», «Ramona travel / la tierra de la bondad» y «Donna abbandonata o Mucho me preocupa usted señor Yorgos» han sido representadas por Bijoux de Kant / Y. Gurletis (las dos primeras) y por Z. Gonis (la tercera). Recientemente se ha publicado un volumen que incluye estas tres obras de teatro y una cuarta, «¡Ay!»

MARÍA JRONIARI – CUATRO POEMAS

Traducción y nota: Mario Domínguez Parra

Entonces

Todo es
un pequeño instante
en la oscuridad

Todo es
una fina línea
poco antes de la luz

Todo es
siempre

un hálito
antes

o después

del fin

Τότε

Όλα είναι
μια μικρή στιγμή
μέσα στο σκοτάδι

Όλα είναι
μια λεπτή γραμμή
λίγο πριν το φως

Όλα είναι
πάντα

μια ανάσα
πριν

ή μετά

το τέλος

Único dolor

A Pantelís

Todos mis dilemas
callaron
No hay melodía
que resuene aquí
Sólo una matriz vacante
que se abre
en la vida de antaño

Cometo cada día
los mismos errores
Riego las plantas
con cloro
y abro
las cortinas rotas

Por la noche
no existes
Y sin embargo
todos los dolores
soportan

tu nombre

Μόνος πόνος

Στον Παντελή

Όλα μου τα διλήμματα
σώπασαν
Καμία μελωδία
δεν αντήχει εδώ
Μόνο μια άδεια μήτρα
να χάσκει
την κάποτε ζωή

Κάνω κάθε μέρα
τα ίδια λάθη
Ποτίζω τα λουλούδια
με χλώριο
και ανοίγω
τις σπασμένες κουρτίνες

Στη νύχτα
δεν υπάρχεις
Κι ομώς
όλοι οι πόνοι
αντέχουν

το όνομά σου

Sólo el alma

Nada puede
llenar de verdad
No hay algo
que pueda vestirse

Tanta gente
y ni una persona siquiera
Tanto dolor
Y ni una tristeza siquiera

Tanta muerte

que celebre nuestros días
y ni un lo siento

que profiera plegarias

Μόνο η ψυχή

Τίποτα δεν μπορεί
να γεμίσει με αλήθεια
Δεν υπάρχει κάτι
που μπορεί να ντυθεί

Τόσοι άνθρωποι
κι ούτε ένας άνθρωπος
Τόσος πονος
και ούτε μια θλίψη

Τόσος θάνατος

να γιορτάζει τις μέρες μας
κι ούτε ένα συγγνώμη

να μιλάει προσευχές

Hécate

De nuevo empezó a levantarse silencio
Al mirar el espejo
veo un falso reflejo
de pálida realidad
Un hoy rojo
vestido de lobo
me sonríe inútil

Llegó la hora Sáhara
Un pluvioso canto de cisne

Un fin
hacia el costado de Hécate

allí donde la noche soporta
el aullido hacia el polvo

Εκάτη

Άρχισε πάλι να σηκώνει σιωπή
Κοιτάζοντας τον καθρέφτη
βλέπω μια ψεύδη αντανάκλαση
χλωμής πραγματικότητας
Ένα κόκκινο σήμερα
ντυμένο σαν λύκος
μου γελά μάταια

Ήρθε η ώρα Σαχάρα
Ένα κύκνειο ασμα βροχής

Ένα τέλος
προς την πλευρά της Εκάτης

εκεί που αντέχει η νύχτα
να ουρλιάζει στη σκόνη

Nota bibliográfica

María Jroniari nació en Atenas. Procede de Anoyia (Creta). Estudió Comunicación Audiovisual, asistió a seminarios de dirección y trabajó como operadora.

Ha publicado los libros Allí donde cambio vidas (2010), Porque juntos (2012) y Mi sombra y yo (del que proceden estos poemas, 2014).

Como directora teatral, ha puesto en escena el espectáculo El rock que tus ojos interpretan, del grupo IlluminArti, basado en el libro homónimo de Stavros Stavrópulos.